Hacer equilibrio en el bordillo de la acera, romper el papel de los regalos, lamer la tapa de los yogures, mojar galletas de chocolate en leche caliente, comer nocilla con el dedo, dibujar figuras extrañas en un papel mientras hablas por teléfono, dormir cuando llueve, jugar a no pisar las líneas del suelo o sólo pisar las del mismo color, cuando me subía alcarrito del super, ver que hay niños que hacen lo que tú hacías cuando eras pequeño, chupar una gominola hasta que desaparece, el olor a gasolina o el de los rotuladores permanentes, pisar hojas secas, hacer fotos a gente riéndose cuando quieren salir posando y tu les has hecho reír, el papel de las fotocopias cuando aún está caliente, el olor de los libros nuevos, tumbarme en la cama recién duchado con el albornoz puesto, pisar sólo la zona blanca de un paso de cebra, romper las hojas de los arboles en pedacitos cuando estás sentado en el césped o el día de antes de hacer un viaje.



Me encantas. Me encanta cuando tu voz sale por tu boca y llega a entrar en mis oídos de la mejor manera que existe en el mundo, me encanta como me hablas, me encanta que me mires aunque sea por un momento, me encanta cuando veo en mi móvil una llamada perdida tuya, porque no es simplemente una llamada perdida, es más, es un "estoy pensando en ti", me encanta sentir lo que siento cuando te veo, cuando me tocas, me encanta darme la vuelta, mirarte y ver que también me estas mirando, me encanta que sin dar explicaciones me abraces, me encanta escuchar esa canción que me recuerda a ti, me encanta acostarme y levantarme pensando en ti. Y me encantas porque simplemente me encantas.



Ríe, salta, disfruta, haz el tonto y que te miren, no te avergüences, elige. Blanco o negro; sé feliz. Y deja que el mundo piense, que comenten, que critiquen, que digan lo que quieran, que todos sus comentarios se reducen a un sentimiento: envidia, envidia de tu felicidad, de tu sonrisa.
Porque nadie puede saber por ti. Nadie puede crecer por ti. Nadie puede buscar por ti. Nadie puede hacer por ti lo que tú mismo debes hacer. La existencia no admite representantes.