Sé poner lavadoras, pero sólo si cierro los ojos y me limito a oler el detergente. No me gusta correr, y a pesar de eso intento atraparte cada día, aunque a ti no te lo parezca. Las teclas de un piano me estremecen. Duermo más de seis horas diarias. Me encanta el frío, sin embargo nunca he tenido el honor de congelarme contigo. En mi monedero nunca sobra el dinero pero viven mil recuerdos. Lloro poco aunque siempre echo de menos a todo quién me echa de más. Prefiero una película que una discoteca. Tengo celos, pero me pueden más los momentos que aún no han sucedido. No hace falta que se lo digas a nadie. Replico mucho en mi interior, pero hablo poco. A veces creo que todo lo que pueda salir de mi boca son simples palabras. Puedo ser tan sincera como quiera, he decidido no esconderme, volver a regresar tantas veces como haga falta. Me lleno fácilmente con todo lo que dices, por eso cuando te vas no puedo dejar de gritar para vaciarme. No creo en los fantasmas y en los gatos de las películas de miedo, pero me considero tremendamente ingenua cuando se trata de ti.