Qué lindo que es saber que tenemos una hermosa alma junto a la nuestra. Que no estamos solos, que si miramos a un costado no vamos a encontrar un vacío desolador. Que seguridad nos da saber que alguién piensa en nosotros y que somos importante para él. Tal vez la felicidad de esa persona cuelga de nuestras manos y sabemos que es muy fragil, que se puede caer en cualquier instante, transformándose en tristeza o angustia. Por eso hay que saber cuidarla. No se puede andar por la vida seguros de lo que tenemos, porque hay cosas que una vez que las perdemos, no las volvemos a encontrar.